Informe Horizón
La incorporación de tecnologías en la vida de las personas es un proceso que sucede, cada vez más, a mayor velocidad. Las transformaciones ocurren a prisa y ni se perciben. Sin embargo, para quienes están distantes de estos cambios la adaptación tecnológica es un gran reto. Para las instituciones educativas también lo es.
Entre más transcurre el
tiempo, más complejas serán las transformaciones que se deben
emprender. Por esto, es necesario iniciarlas ahora mismo.¿Cuáles tendencias seguir?, ¿cuáles tecnologías adoptar?, ¿con qué
fundamentos pedagógicos conectarlas?
Este 2016 el informe plantea seis tendencias que impulsarán la adopción de la tecnología en los próximos años.La primera es la medición del aprendizaje, que consiste en redefinir
las formas como las universidades miden en el estudiante el dominio de
una materia.
- Esta requiere de técnicas en el análisis del aprendizaje y de software de minería de datos.
- La segunda trata del aumento de los programas de aprendizaje mixto mediante la combinación de la educación presencial con la educación en línea. De esta manera, se puede mejorar la flexibilidad, el acceso y, sobre todo, la integración de tecnologías de información y comunicación.
- En tercer lugar está el rediseño de los espacios físicos para aprender, que facilita metodologías como el aula invertida. Además, la integración de dispositivos tecnológicos como la telepresencia y la colaboración remota para construir aulas inteligentes.
- Como cuarto aparece el aprendizaje profundo, tendencia de las instituciones a crear conexiones entre el currículo, los conocimientos y las competencias que adquieren los estudiantes con las experiencias del mundo real.
- Un quinto punto se enfoca en avanzar en la cultura de la innovación. Así, se espera que a mediano plazo las universidades tiendan a fomentar la creatividad y la flexibilidad en sus prácticas, con el fin de trabajar en el diseño de soluciones a los problemas actuales.
- Y el sexto trata de repensar cómo funcionan las instituciones. En este sentido, las universidades deben conectar la investigación, el mundo empresarial y los procesos de aprendizaje para favorecer la transferencia del conocimiento a través de estrategias como el aprendizaje híbrido y la educación basada en competencias.
Por tanto, es necesario que las instituciones educativas fomenten una cultura de la innovación y el aprendizaje.